La institución mexicana se encargó de disipar rumores en un nuevo estudio
Una conclusión que se ha repetido hasta el cansancio es el hecho de que no existe evidencia científica que demuestre que los videojuegos producen personas violentas. Ahora, podemos unir a esta postura el análisis hecho por la Comisión Nacional contra las Adicciones en México en su estudio titulado "Manual informativo y de orientación sobre el uso casual y problemático de los videojuegos", de reciente difusión.
"No existe evidencia directa que la exposición a estas artes y narrativas incremente la violencia", se lee en el manual, objeto de consulta y referencia para determinar la violencia causada por los videojuegos.
Dentro de esta perspectiva, el informe de la CONACID no es distinto a otras recomendaciones emitidas por instituciones de renombre, como la adicción a los videojuegos que estudió la Organización mundial de la salud.
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Ayudan a desarrollar nuevas habilidades
En el texto, de consulta gratuita, se pueden leer puntos que lejos de condenar el uso de videojuegos, destacan algunos de sus beneficios. Entre ellos, el perfeccionar habilidades nuevas, como el formar vínculos afectivos con otras personas, fortelecer el trabajo y coordinación en equipos y lo que es más interesante aún, desarrollar formas de pensamiento estratégico y fomentar la creatividad.
Desde luego que esta guía con recomendaciones para padres de familia y tutores de menores de edad reconoce que existen cientos de títulos que no deberían de ser jugados por niños o niñas, dadas su clasificación, argumento, elementos visuales y mecánicas de juego.
En lo general, los factores de riesgo de jugar videojuegos radican en descuidar otras actividades que son esenciales durante las etapas formativas de los menores, pues aún cuando existan modalidades de juegos en línea, la interacción social y relación con el mundo exterior son necesarias para que los menores crezcan de forma óptima y con sus herramientas sociales y cognitivas fortalecidas.
Mitos deplorables
El manual de CONACID desmiente algunos de los prejuicios alrededor de los videojuegos que tienen sustento científico alguno, como la falacia de que los videojuegos generan adicciones, que son causante del fracaso escolar de los estudiantes, o que están diseñados para ser jugados sólo por los hombres.
Por último, otras mejoras destacables del informe está el que sí hay bases científicas para afirmar que los videojueos mejoran las capacidades de retener la atención de los jóvenes, permiten desarrollar planes de acción mentales para completar objetivos, además de generar competencias digitales, canalizar emociones difíciles (como la frustracción, la depresión o el déficit de atención) y potencializar la capacidad visoespacial de los gamers pequeños.
¿Hay un uso problemático?
Desde luego, pero se tratan de factores que ya han sido planteados desde hace décadas. El uso problemático de los videojuegos radica cuando estos refuerzan el sedentarismo y la reclusión, la alimentación descuidada, el insomnio, la disminución de rendimiento en tareas importantes del día a día y las vulnerabilidades de seguridad en modalidades en línea.
Para ello, un acompañamiento óptimo, seguro y responsable es necesario, pues esto garantizará que se tracen límites, como tiempos de uso, para que los menores no salgan perjudicados a la hora de disfrutar de una buena partida.
- Finalmente, si quieres que los videojuegos beneficien a los niños y niñas de tu entorno, asegúrate de seguir estas indicaciones de la CONACID:
- Conversar con los menores sobre sus hábitos de videojuegos de forma activa y constante.
- Conoce a fondo el contenido y las clasificaciones de los juegos que consumen.
- No interrumpas las actividades de juego de forma brusca, pues esto causaría desequilibrios emocionales de seriedad.
- Intercalar la experiencia de juego con otras actividades beneficiosas, como la actividad física.
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