La fantasía de evadir los problemas del mundo se ha vuelto en un negocio inmobiliario sorprendente
J.C. Cole, empresario de 66 años de Estados Unidos, compartió para TNYP algunos de los puntos destacables sobre la industria inmobiliaria interesada en construir "súper búnkers", fortalezas subterráneas de lujo que tienen como fin que gente acaudalada pueda resguardarse de toda clase de desastres humanos, incluyendo hipotéticos escenarios del "fin del mundo".
Cole tiene la experiencia de estar desarrollando un proyecto empresarial donde promueve locaciones de máxima seguridad las cuales, frente a pandemias o eventos climáticos catastróficos, ofrecerían refugio para aquellos que puedan costearlos. Actualmente, tiene dos "granjas" en construcción bajo su compañía "Safe Haven Farms".
Ambas instalaciones han sido visionadas como parte de una red secreta y autosuficiente de granjas residenciales comunitarias para millonarios, las cuales son resguardadas por militares SEAL de la marina de EUA, según dejó entrever Douglas Rushkoff, autor del libro "Supervivencia de los ricos: Las fantasías de escape de los billonarios de la tecnología".
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Las ubicaciones de estos recintos exclusivos no han sido difundidas para el público general, además, su proceso de elaboración ha sido minuciosamente clasificado, sin permitir a forasteros tomar fotografías de los búnkeres. En la mente de Cole, prevalece la certeza de que ante una situación de desastre, sea de la categoría que sea, la ciudadanía no contará con seguros ni medios de protección, lo cual provocará que cadenas de suministros se desmoronen y la muchedumbre se hacine a la obtención de víveres ante cualquier costo. Por ello la secrecía que maneja.
Un mar de refugios anticatástrofes
El medio reportó sobre otros desarrollos similares que buscan responder ante las preocupaciones de la actualidad, como la crisis climática, la migración masiva o las pandemias. Según Rushkoff, incluso multimillonarios que intentan "salvar" al mundo tienen como principal interés protegerse a sí mismos y a su patrimonio. Para ellos, como dice el autor, sólo hay un fin: "escapar del resto de nosotros".
Una de las empresas más llamativas en este rubro es Rising S. Company, compañía texana que se especializa en búnkeres de lujo, con precios que rondan hasta los 9.6 millones de dólares (más de 200 millones de pesos mexicanos) en algunos de sus modelos, como el "aristocrático", el cual cuenta con una pista de boliche, una piscina, puertas a pruebas de balas y hasta una salida para motocicleta a través de una cueva.
También está el caso de Vivos, una empresa de California que se centra en apartamentos bajo tierra del mismo estatus, los cuales alguna vez fueron refugios antibombas durante la Guerra Fría, pero ahora han sido transformados en pequeños clubes/resorts.
Una de las construcciones más impresionantes es el Oppidum, en la República Checa, el cual ha sido promovido como el búnker para billonarios más grande del mundo, con secciones que ofrecen luz simulada natural, una bóveda para almacenar vinos y un espacio de alta seguridad donde se puede almacenar toda clase de artículos valiosos. En su sitio oficial, promocionan su estructura de la siguiente forma:
"Has trabajado duro por muchos años, tomado riesgos, oportunidades, hacer tu visión una realidad. Tu recompensa es que puedas adquirir y resguardar todos los objetos preciosos, únicos y hermosos que desees".
Otras alternativas
También están las variantes, como los súper yates que son lo suficientemente grandes como para ser considerados como arcas de Noé modernas (tan sólo el año pasado se dispararon las ventas de estos vehículos en un 77%). Esta alternativa además es una por las que optó Jeff Bezos, considerado hasta hace poco el hombre más rico del mundo. Su bote, llamado Y723, tendrá el tamaño del legendario barco Titanic, con un coste de producción de 500 millones de dólares.
Pero, ¿quienes están interesados en comprar esta clase de burbujas aislacionistas? Personalidades como el cofundador de Google, Larry Page, o el empresario de Silicon Valley Sam Altman, quien en 2016 declaró cómo él y Peter Thiel (cofundador de PayPal) tenían un plan para escapar a Nueva Zelanda en caso de que la sociedad colapsara. Inclusive, Thiel buscó crear un mega búnker en las inmediaciones del lago Wanaka, en ese país oceánico. Sin embargo, grupos ambientalistas lograron bloquear la construcción.
Por último, Rushkoff observó que incluso la mejor de estas propuestas es vulnerable ante cualquier peligro, y es por ello que movimientos como el "seasteading", donde se promueven ciudades flotantes autónomas, libres de impuestos y regulaciones antimonopolios, ausentes de política, reflejan en sí las intenciones detrás de este deseo: fundar comunidades propias que atiendan a los ideales de sus dueños.
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