El "Dr. Muerte" inventó una máquina imprimible en 3D para las personas que quieran morir en paz.
Philip Nitshcke, doctor, activista y promotor de la eutanasia, ha creado una máquina para ayudar a las personas que quieran acabar con su vida. En los Países Bajos, esta práctica es legal desde 2001, así que cualquiera que tenga la intención de morir voluntariamente podrá utilizarla.
Quién es Nitschcke, el doctor que creó la máquina suicida en 3D
Nitschcke es conocido como “Dr. Muerte” o el “gurú de la eutanasia” y es fundador de ‘Exit International’, la organización que promueve la eutanasia voluntaria, además, es escritor del manual del suicidio ‘The Peaceful Pill’.
El “Dr. Muerte” opina que la eutanasia es un derecho que las personas deberían de tener el poder de elegir sin condiciones ni criterios siempre y cuando tengan la salud mental para ser conscientes de que es una decisión irreversible. Por esta razón, ha creado una máquina imprimible en 3D que permite a la gente morir en paz.
Sarco, la máquina que ayuda a las personas a acabar con su vida
Sarco es el nombre de la máquina creada por Nitschcke que se puede imprimir con una impresora 3D. Funciona con nitrógeno líquido que se puede conseguir de forma legal. La persona debe entrar a la máquina y una vez dentro el nitrógeno comienza a fluir. Inmediatamente sentirá una sensación de mareo, como cuando se toma unas copas de más, y unos minutos después perderá el conocimiento.
La máquina sólo se puede controlar desde adentro por lo que no es posible utilizarla para matar a alguien. Tiene una ventana para que puedas ver al exterior por si quieren colocar el ataúd en un paisaje agradable, pero también pueden elegir una vista oscura o transparente.
¿Quién puede utilizar Sarco?
Según el “gurú de la eutanasia”, no será necesario recibir una evaluación médica antes de utilizar la máquina, pues antes de utilizar la máquina las personas podrán llenar un cuestionario en línea que se evaluará por medio de Inteligencia Artificial que determinará si es apto o no para decidir si puede acabar con su vida.
Las personas deprimidas no se consideran capaces de dar este paso, pues este transtorno puede afectar a una persona al punto de distorsionar negativamente su realidad. Las distorsiones cognitivas y/o alteraciones de la percepción de una persona deprimida están alteradas y las experiencias de su mente se desfiguran o se les dan significaciones que no corresponden con lo que está pasando y con lo que otros pueden racionalizar objetivamente.
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