El nombre de este juguete es “Ami-Chan” y está diseñada para brindar consuelo a los abuelos, mantener conversaciones y hasta simular que es un bebé de verdad, todo con la intención de llenar un vacío que estos desarrollan en su vejez.
La sociedad japonesa esta enfrentando un serio problema de población, por cada mil habitantes apenas se registraron siete nuevos nacimientos, lo que está llevando a que cada vez sea mayor la población de la tercera edad contra los niños y jóvenes.
Ante la ausencia de bebés, la empresa Takara Toys ha identificado este problema y desarrolló un bebé-robot para que los abuelos tengan con quien interactuar.
El nombre de este juguete es “Ami-Chan” y está diseñada para brindar consuelo a los abuelos, mantener conversaciones y hasta simular que es un bebé de verdad, todo con la intención de llenar un vacío que estos desarrollan en su vejez.
Japón busca hacer más placentera la vida de sus adultos mayores
Este tipo de proyectos no son nuevos, ya que la sociedad japonesa ha buscado maneras para reemplazar las interacciones sociales con toda clase de dispositivos tecnológicos. Un ejemplo son los robots que imitan el comportamiento de las mascotas, como perros, gatos o pájaros, con el fin de acompañar a las personas mayores. Ahora, con los avances en la tecnología, la empresa japonesa considera que es posible presentar un compañero convincente para el ser humano.
Para esta muñeca buscaron darle un enfoque caricaturesco que no resultara eventualmente perturbadora, con características exageradas, como grandes ojos y una sonrisa pequeña, facciones que normalmente encontraríamos en una película de animación y que apela al lado más tierno posible para generar empatía.
Ami Chan también puede hablar y hasta reconocer con quien interactúa
No solo en sus facciones es agradable, también lo es en sus expresiones, donde puede simular parpadear o cerrar los ojos para parecer dormida. Para compensar este limitado rango de movilidad, Ami-Chan se comunica también con palabras con su usuario, pues cuenta con un vocabulario de 1,600 palabras japonesas y tiene la capacidad de aprender algunas adicionales, como los nombres de quienes interactúan con ella.
Para llevar la experiencia a otro nivel, también cuenta con una cámara que utiliza para identificar visualmente a la persona con quien habla y dirigirse a ella por su nombre, generando un vínculo todavía más creíble. Otras de las funciones que puede realizar para hacer sentir cómodo a su usuario es participar en una charla, cantar rimas y canciones, que incluso se reproducen dependiendo la época del año o hasta trabalenguas que sirven como ejercicios de entrenamiento cerebral.
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No sería un robot que simula ser una niña si no estuviera incluida en sus opciones el mecerla como si fuera a dormir, en donde puede incluso hablar mientras toma su siesta.
El precio de este robot es de aproximadamente 250 dólares y requiere de baterías para funcionar, que eventualmente puede salir más barato que comprar alguna mascota que requiere cuidados adicionales contra los que ocupa Ami-Chan.
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