Cuando nos conectamos a una VPN, todo el tráfico de red sigue yendo desde nuestro dispositivo al ISP (proveedor de servicios de internet), pero desde allí se dirige de forma directa al servidor VPN.
La explicación sobre qué es una VPN es relativamente sencilla. Se trata de las siglas de Virtual Private Network. Traducido al español, red privada virtual.
Estas VPN se utilizaron en un principio para conectar sucursales, oficinas o usuarios a una misma red con las mismas políticas de seguridad, privacidad y demás. En otras palabras, las VPN son tecnologías que nos permiten extender la red local, sin necesidad de que los integrantes de dicha red estén físicamente conectados entre sí.
Al conectarte a una VPN, tu dirección IP, a efectos prácticos, es la que proporciona dicho VPN. Esto abre un mundo de posibilidades a la hora de la navegación.
Las VPN pueden mejorar nuestra velocidad de conexión y seguridad, entre otros, cabe apuntar que en el caso de las VPN gratuitas, no debes olvidar que no dejas de usar un servicio, y que tus datos pueden ser la forma en la que se está amortizando.
Usar una VPN no implica que la navegación sea anónima, por lo que conviene informarse previamente de qué uso hace la VPN de tus datos antes de usarla.