Las consecuencias del robo de la identidad digital pueden ser muy graves para las víctimas
El robo de la identidad digital es uno de los delitos más frecuentes y peligrosos en el mundo actual. Consiste en la apropiación indebida de los datos personales de una persona por parte de un tercero, con el fin de obtener algún beneficio ilícito o causar algún daño a la víctima o a terceros.
Según un informe de la empresa de seguridad informática Norton, el robo de la identidad digital creció en un 52% en el año 2020, afectando a más de 223 millones de personas en todo el mundo pues las personas cada vez trabajan, estudian y compran más en línea.
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Métodos que utilizan los ciberdelincuentes para robar la identidad digital
Los métodos más comunes que utilizan los delincuentes cibernéticos para robar la identidad digital son:
- El phishing: consiste en enviar correos electrónicos falsos que simulan ser de una entidad legítima, como un banco, una empresa o una institución pública, y que solicitan al usuario que ingrese sus datos personales o bancarios en una página web fraudulenta.
- El perfil falso: consiste en crear una cuenta en una red social o una plataforma digital con el nombre y la foto de otra persona, y utilizarla para contactar con sus amigos, familiares o contactos profesionales, y pedirles dinero, información o favores.
- La suplantación en la contratación: consiste en utilizar los datos personales de otra persona para contratar servicios o productos en su nombre, como créditos, suscripciones, compras o reservas.
- El malware: consiste en infectar el dispositivo del usuario con un programa malicioso que registra sus pulsaciones de teclado, captura sus contraseñas o accede a sus archivos.
Las consecuencias del robo de la identidad digital pueden ser muy graves para las víctimas, ya que pueden sufrir pérdidas económicas, problemas legales, daños a su reputación o estrés emocional.
Para evitar el robo de la identidad digital, se recomienda seguir algunas medidas de prevención, como:
- Proteger los dispositivos con antivirus y contraseñas seguras.
- Verificar la autenticidad de los correos electrónicos y las páginas web antes de ingresar datos personales o bancarios.
- No compartir información sensible en las redes sociales o las plataformas digitales.
- Revisar periódicamente los extractos bancarios y los reportes crediticios.
- Denunciar cualquier sospecha o evidencia de robo de la identidad digital ante las autoridades competentes.
El robo de la identidad digital es un problema que afecta a millones de personas y que requiere de una mayor conciencia y responsabilidad por parte de los usuarios y las empresas. Solo así se podrá garantizar el derecho a la identidad y a la seguridad en el mundo digital.