Los violadores de Castelldefles se organizaban por un grupo de WhatsApp para atacar en "manada" a mujeres

“Manada 2.0” era el nombre del grupo de WhatsApp a través del cual 5 amigos se ponían de acuerdo para violar a mujeres en situación vulnerable.

Cinco hombres originarios de Castelldefels, Barcelona fueron detenidos por actuar de manera organizada para capturar y agredir sexualmente a mujeres. Los acusados se ponían de acuerdo a través de un grupo de WhatsApp al que llamaron "La Manada 2.0" a través del cual compartían fotos y videos de los actos que cometían y donde aprovechaban para burlarse de las chicas a quienes atacaban.

Las autoridades encontraron conversaciones y mensajes donde descubrieron que su intención solo era humillar, agredir y dañar a sus víctimas. El caso está siendo investigado por la titular del juzgado número 5 de Gavà, Laia Boix de Gispert, y ejecutada por la unidad de investigación de Gavà. Hasta el momento son tres mujeres quienes han presentado una denuncia, pero las autoridades sospechan que hay más casos y solo conocen la punta del iceberg.

La policía extrajo los teléfonos móviles de los acusados y estos han sido una pieza clave en el juicio pues les permitió recuperar fotografías y videos con los que lograron identificar a otras mujeres que también fueron agredidas por este grupo de abusadores. Sin embargo, una de ellas se negó a denunciar y otra negó haber pasado por ello diciéndole a los agentes que "se habían equivocado de persona" aunque tuvieran su número de teléfono y apareciera en las grabaciones.

¿Quiénes son los acusados?

El líder de los acusados es un cubano que usaba su atractivo físico para atraer a mujeres a través de su cuenta de Instagram donde subía fotos de su escultural cuerpo para atraer a sus víctimas, además, lo hacía a través de aplicaciones de citas. La identidad de los demás acusados no ha sido revelada, sin embargo, en la declaración se reconocieron sus iniciales como R.P.P., D.A.C. y J.M.M.M. O.N.M. también ha sido considerado culpable por haber presenciado los hechos y no haber hecho nada para evitarlo.

El cubano era encargado de una farmacéutica, otro trabajaba en un bar y el tercero teletrabajaba de forma autónoma desde su hogar. Se trata de tres españoles, un rumano y un cubano que llevaban aparentemente una vida normal, pero nadie se imaginaba que cometían de forma furtiva los abusos.

A través del grupo de WhatsApp "Manada 2.0" los violadores hablaban sobre las agresiones que habían cometido y aprovechaban para expresarse de forma despectiva de sus víctimas . El cubano las invitaba a tener una cita con él en una fiesta o en casa de "unos conocidos", sin embargo, ahí era donde los demás miembros de la banda esperaban a las víctimas para alcoholizarlas y después agredirlas sexualmente.

Una de las víctimas tenía una discapacidad diagnosticada, pues deliberadamente escogían a mujeres vulnerables para que fuera más fácil manipularlas. 

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