Los animales mostraron conciencia ante su imagen
Investigadores de la universidad metropolitana de Osaka en Japón descubrieron que el pez Lábrido limpiador común (nombre científico Labroides dimidiatus) es capaz de reconocerse a sí mismo en una fotografía.
Esta especie es reconocida por ser bastante territorial, atacando a otros peces que entran en su hábitat a la menor provocación. Sin embargo, cuando se expuso a un especimen frente a una imagen de su rostro en el cuerpo de un pez distinto, el ejemplar no reaccionó violentamente.
Su acción pasiva sugeriría que el pez limpiador creyó que el doble falso era uno de los suyos tras reconocer rasgos faciales similares y por ello, no contemplando al intruso como una amenaza.
"Este estudio es el primero en demostrar que los peces tienen una percepción interna de sí mismos", afirmó el autor detrás del experimento, el doctor Masanori Kohda, según recopiló TDM.
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Una forma de reconocimiento
De acuerdo a lo estipulado en la investigación, el gesto del pez estudiado muestra un tipo de "autoconsciencia privada", la cual implica que un ser se vuelve consciente de aspectos de sí mismo según como lo perciben otros.
Estudios anteriores habían apuntado que algunas especies de estos animales acuáticos pueden distinguirse entre sí, algo que se creía exclusivo de los mamíferos. Por ejemplo, los seres humanos cuentan con un área del cerebro que permite reconocer caras, inspeccionándolas por completo en lugar de centrarse en partes específicas.
En 2018, un estudio sostuvo que los peces dorados eran capaces de distinguir y reconocer rostros humanos, mientras que el pez limpiador llegó a familiarizarse con su propio reflejo en un espejo. Lo anterior se argumentó luego de que el pez no intentase atacar su propio reflejo.
Los resultados de la experimentación del pez limpiador fueron publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. La investigación surgió para disipar dudas acerca de la capacidad de reconocimiento de los peces de sí mismos y de otros de su rama biológica. Para ello, se realizaron ejercicios para probar si el pez limpiador podía conservar una imagen de sí mismo en su mente.
Así fueron las pruebas
Primero sometieron a ocho peces limpiadores a una prueba frente a un espejo, donde se les mostró su reflejo sobre el cristal de dos formas: una normal y otra con un punto blanco sobre la forma de su cuerpo. Todos los peces intentaron remover el punto blanco cuando se les mostró el segundo espejo, lo cual reflejó que eran capaces de discernir un reflejo de otro.
Después se les mostraron cuatro fotografías: una de ellos mismos, una de un pez no familiar, otra de su rostro sobre el cuerpo de un pez diferente y por último la del rostro de un pez diferente sobre su propio cuerpo.
Todos los peces mostraron hostilidad hacia el pez distinto y el que tenía un rostro distinto sobre su propio cuerpo, pero ignoraron aquellas muestras con su rostro. Finalmente, la última prueba confirmó que eran conscientes de su imagen, tras presentárseles fotos de sí mismos con otras marcas de parásitos sobre sus gargantas. Seis peces intentaron remover la ilusión.
El estudio probó que este tipo de pescado aprendió a reconocer su cara en un espejo, ser consciente de ella y aprender a identificarla en otra parte. Los autores afirmaron que estos resultados podrían ayudar a reflejar cómo algunas especies han evolucionado para desarrollar mecanismos de identificación facial para sobrevivir.
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