La celebridad de Internet además abandonó sus estudios universitarios para ejercer plenamente su oficio
Andy Peng, quien es conocido por sus 4.6 millones de seguidores en TikTok como Andy the Sk, reveló cómo es que gana más dinero que un doctor, aún cuando su jornada a veces sólo abarca dos horas al día. La celebridad de Internet ha obtenido relevancia gracias a sus contenidos de bromas pesadas en la red social.
En una entrevista concedida para The Daily Mail Australia, el joven de 21 años reveló cómo fue que dejó su carrera universitaria para dedicarse de lleno al oficio de influencer, el cual comenzó a ejercer meramente para divertirse haciendo videos debido a la aburrida rutina de prepararse para sus exámenes escolares.
"Estaba estudiando para mis exámenes y me aburrí mucho, así que comencé a hacerle bromas a la gente en la librería de la escuela y a filmarlo", dijo, "Comenzó por diversión, a todos mis compañeros de clase les gustó. Entonces comencé a tomarme TikTok más en serio".
Te puede interesar: Nuevos tazos electrónicos de Sabritas generan rechazo en redes
Las claves de su éxito
Sus contenidos comenzaron a crecer de forma orgánica y veloz y pronto sus cifras en la plataforma de videos despegaron, llevándolo a tomar la dura decisión de abandonar sus estudios en comercio, lo cual causó decepción en sus padres. En aquel entonces tenía 19 años y además dejó su trabajo parcial en bienes raíces, la casa de sus papás y se mudó con otros compañeros influencers.
Peng expresó que tuvo discusiones serias con sus progenitores, quienes no aprobaban su camino e intentaron disuadirlo. Sin embargo, el joven tenía un presentimiento de que podía llegar lejos y decidió meterse de lleno en la creación de contenidos para redes.
Hoy en día obtiene ingresos millonarios por unas cuantas horas de trabajo diarias, las cuales comprenden filmar contenido tres o cuatro días a la semana. Andy puede darse el lujo de descansar la mayor parte de sus días, pasar tiempo con sus amigos, acudir al gimnasio, practicar deportes y demás antes de dedicarse de lleno a editar sus videos. Si bien reconoció que está bien la mayor parte del tiempo, en ocasiones su experiencia laboral puede ser estresante.
Parte de su éxito no sólo fue abrazar de lleno la creación de contenidos, sino también asociarse con otros socios influencers con quienes hacía videos en conjunto y que se ayudaban mutuamente para promocionarse. Ahora, sus publicaciones llegan hasta casi 100 millones de "Me gusta". Otra clave vital es estudiar las zonas horarias de Estados Unidos (sector fundamental para obtener más vistas) para publicar sus videos en el tiempo en el que serán más vistos.
Para sostener su estilo de vida lujoso, Peng se ha aliado con compañías que desean promocionar sus productos a través de su imagen, lo cual le ha llevado a obtener ingresos de millones. El joven fue claro en que el tiempo juega un papel vital para comenzar en redes, pues él tuvo suerte de que la pandemia de Covid-19 atrajera a más personas a TikTok, si bien reconoció que de haber comenzado antes, hoy tendría cifras más grandes de seguidores.
"Es mucho más difícil y lento ahora. Está más saturado que antes. Pero conseguir los 10 millones de seguidores definitivamente es el objetivo".
La estructura de sus contenidos es simple: hacer bromas a transeúntes en locaciones estratégicas, a veces documentando sus viajes alrededor del mundo, y casi siempre haciendo preguntas hilarantes, incómodas o bien, coquetas con mujeres. Para Peng, las redes sociales aún están en crecimiento, afirmando que estamos en etapas tempranas, por lo que nadie sabe a ciencia cierta qué tipo de contenido es el adecuado para vivir de ese medio.
Desde que comenzó su despunte en TikTok, el influencer ha viajado más que muchas personas durante toda su vida, con visitas a Londres, Ámsterdam, Lisboa y Los Ángeles. Además, ha sido invitado por estrellas de la música como Jason Derulo para hacer contenidos en Bali, si bien confesó haber rechazado esta oferta debido a problemas de calendario.
Te puede interesar: Unión Europea gasta miles en su Metaverso, pero nadie acudió a la fiesta de inauguración