En la era de la desinformación, su trabajo evidencia los fallos de los grandes medios
El día lunes 11 de julio, una cuenta de Twitter atribuida al presidente de la Conferencia Episcopal Alemana difundió que el papa emérito Benedicto XVI había fallecido. Cientos de medios alrededor del mundo retomaron la nota sobre la muerte del hombre que dirigió a la iglesia católica entre 2005 y 2013, sin embargo, se reveló poco después que se trataba de una mentira.
El responsable de este engaño es el periodista italiano Tommasso Debenedetti, quien ha cultivado una carrera como "troll" de Internet, divulgando materiales falsos que explotan la desinformación en las redes sociales para engañar a los internautas y reporteros distraídos.
Según compartió en una entrevista para el periódico español El País en 2010, a Debenedetti le gusta "ser el campeón italiano de la mentira". En su ilustre carrera, presume entrevistas con figuras reconocidas como el Dalai Lama, Noam Chomsky y la celebridad de su última broma, Joseph Ratzinger. Todas, por supuesto, jamás ocurrieron.
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No es la primera vez que el bromista engaña a cientos de periódicos de prestigio, pues en el pasado se ha hecho viral por anunciar los decesos de Mario Varglas Llosa (en hasta dos ocasiones); Gabriel García Márquez; Fidel Castro; J.K. Rowling y el cineasta Pedro Almodóvar.
Las farsas que ha construido a lo largo de su carrera le ganaron el calificativo como "el mayor mentiroso de la historia del periodismo" por el diaro El Clarín. En su país de origen, el también profesor de 53 años es tomado como un maestro de las invenciones, en especial al suplantar identidades. Él percibe su trayectoria como un "juego" y, según ha declarado, no recibe dinero por sus artimañas. Lo hace por el placer de ver el mundo arder.
Las jugarretas de Debenedetti, sin embargo, evidencian cómo los medios de comunicación, en su afán de asegurar primicias, no aseguran la veracidad de sus fuentes, ni tampoco se preocupan por realizar trabajos editoriales que corroboren los hechos. ¿Su objetivo? Demostrar que no todo lo que vemos en redes sociales resulta cierto.
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