El jefe de seguridad e integridad de la empresa afirmó que la plataforma lidabaa con un mar de tweets que infringían sus normas de uso
Tras la adquisición de Twitter por parte de Elon Musk, empresario polémico a cargo de las empresas de Space X y Tesla, la red social ha tenido que lidiar con una ola de tweets que incluían mensajes de odio, reveló Yoel Roth, el jefe de seguridad de plataforma. Actualmente, la empresa se encuentra realizando un esfuerzo colectivo para reducir estos contenidos.
Según Roth, un número relativamente pequeño de cuentas se dedicó a publicar diversos tweets con insultos racistas y otros términos despectivos en los últimos dos días, con tal de demostrar al resto de los usuarios que la libertad de expresión bajo el mandato de Musk iba a ser más flexible hacia esa clase de contenidos.
Alrededor de 300 cuentas fueron detectadas detrás de los 50 mil tweets en donde un término racista en específico era utilizado. Casi la totalidad de los perfiles no tenían autentificación. Por otro lado, Network Contagion Research publicó el viernes que un término despectivo había usado casi 500 veces más en las últimas fechas.
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Promueven campaña de odio desde 4chan
Al parecer, parte de los ataques fueron instigados en el infame sitio de 4chan, foro de Internet anónimo donde prevalecen los discursos de odio. En el portal, diversos usuarios promovieron la oleada de tweets racistas en Twitter. En respuesta, la red social ha comenzado a bannear a algunos de las personas que fueron parte de la campaña.
Pese a que Musk no ha anunciado ninguna modificación a las políticas de expresión en Twitter, muchos piensan que bajo su mandato, la red social reducirá la moderación de su contenido para hacerse más flexible. El mismo Elon en el pasado llegó a referirse a sí mismo como un absolutista del discurso libre, además de que había manifestado deseos por hacer de la plataforma una para toda clase de posturas y opiniones.
Tras la compra de Twitter, Associated Press informó que un gran número de personalidades afines a ideologías conservadoras y de ultraderecha habían comenzado a diseminar teorías de conspiración alarmistas y palabras polémicas, como "ivermectina" o "Trump ganó".
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