Una repartidora de la aplicación DoorDash no quiso aceptar la propina tacaña de un usuario, por lo que se llevó su pedido devuelta al restaurante
Una joven repartidora de la App de entregas Door Dash se llevó el pedido de un cliente porque éste le iba a entregar poca propina, reportó Indy100.
En un vídeo grabado por la cámara frontal del domicilio del cliente tacaño, el cual fue subido a la plataforma de YouTube, puede apreciarse el momento exacto en el que la joven se aleja con su pedido de comida, luego de escuchar que iba a darle poca propina.
La razón de la actitud de la joven tiene que ver con el tipo de remuneración que reciben los trabajadores de este tipo de compañías.
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En este caso, la repartidora había hecho un viaje de 40 minutos de trayecto, para el cual necesitaba buenos dividendos que hiciesen su esfuerzo redituable.
Pero el cliente se negó a escuchar sus argumentos, una vez que la joven arribó a su puerta. Según él, la distancia que había recorrido era en realidad de 15 a 20 minutos.
Tras discutir acaloradamente, la joven decidió devolver el pedido del cliente al restaurante. Mientras se alejaba, pudo escucharse que el hombre le reclamó haberle dado una propina equivalente a 8 dólares.
A continuación, puedes ver el vídeo que le ha dado la vuelta al mundo:
Quizás en otras regiones fuera de Estados Unidos esa cantidad parezca más que justa, o bien, el que para muchos las propinas sean completamente opcionales.
Sin embargo, cuando indagamos en las condiciones laborales que muchos repartidores tienen que enfrentar, es difícil cuestionar a la joven.
Cosa que no tardó mucho en suceder de cualquier modo, llenándose los comentarios del vídeo con gente a favor y en contra de la actitud de la mujer.
La empresa DoorDash dijo para The Mirror que
"Nos tomamos la integridad de nuestra comunidad extremadamente en serio, por lo que este comportamiento inapropiado jamás es tolerado en la plataforma de DoorDash".
La empresa además afirmó que están tomando cartas en el asunto. Esperemos que les sirva de experiencia para elevar las gratificaciones económicas de sus empleados. Sin ellos, a final de cuentas se quedarían sin negocio.
Y por otra parte, el cliente tacaño seguro se la pensará dos veces antes de darle propina al siguiente repartidor que vaya hasta su casa.
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