Se trata de una de las cintas más esperadas del año
Luego de su debut en el festival internacional de cine de Venecia, la película mexicana "Bardo: Falsa crónica de unas cuantas verdades" fue recibida de manera dividida por la crítica y un público selecto. Tras la publicación de algunas reseñas profesionales, el director de la cinta, Alejandro González Inárritu, apuntó que muchos señalamientos por parte de la prensa ocultaban remarcaciones racistas, según concedió para LA Times.
Con esta obra, el cineasta mexicano marca su regreso a una producción nacional tras más de una década lejos de la industria del país; durante ese tiempo, ha cosechado una carrera exitosa en Hollywood con cintas como "Birdman" y "The Revenant", las cuales le concedieron dos premios óscar al "Mejor director".
en sitios como el Zócalo de la CDMX y el Castillo de Chapultepec
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En "Bardo", Iñárritu cuenta la historia de un documentalista reconocido llamado Silverio Gama (Daniel Giménez Cacho), quien atraviesa una crisis personal tras ser invitado a recibir en México un premio por su trayectoria. El viaje embarca a Silverio en una odisea existencial que involucra pasajes de su memoria, sus mayores miedos, la historia misma del país e indagaciones sobre los conceptos de la identidad, el éxito y la mortalidad.
Dada la complejidad de tono, estética y argumento que Iñárritu suele emplear en sus películas, su nuevo proyecto despertó reacciones poco entusiastas por parte de las audiencias en Venecia y el festival de Telluride, donde la producción fue tachada de pretenciosa, egocéntrica y banal. Ante dicha recepción, el director salió en defensa de su película:
"Te puede gustar o no, eso no queda fuera de discusión. Pero para mí, hay una especie de percepción racista de que si soy mexicano, soy pretencioso. Si tú (como espectador) no entiendes algo, no tienes que culpar a nadie. Gente, tómense un poco de tiempo y vean todos los matices. Todo artista tiene derecho a expresarse a sí mismo de las formas que quiera sin que se le acuse de ser autoindulgente. Espero que alguien pueda desestimar esa narrativa, la cual es muy reduccionista y un poco racista, diría yo".
Una obra personal
La película no sólo ha sido comparada como autobiográfica dada su argumento, si no también porque Iñárritu sostiene que los temas que se exploran en ella han sido parte de sus inquietudes desde hace años, cuando se mudó a Estados Unidos para continuar con su carrera desde otra perspectiva.
"Siento que tengo el derecho de explorar la identidad, porque he pasado por esa sensación de desplazamiento y creo que tengo el derecho de hablar de ello", expresó el director, "Tengo derecho de hablar de la identidad colectiva de mi propio país. Esta película es una carta de amor a mi país, y tengo el privilegio de usar mi voz para no sólo hablar por los mexicanos, si no por cualquiera que se sienta desplazado".
Por último, el director recalcó que si fuera de Dinamarca o Suecia, los medios y la percepción pública lo tomarína como un filósofo, pero al ser mexicano, sus deseos de explorar las temáticas que le interesan por medio de formas visuales profundas lo hacen "pretencioso".
"Si eres un mexicano y haces una película así, eres un tipo pretencioso. No sé si los críticos han leído a Jorge Luis Borges o Julio Cortázar o a Juan Rulfo, pero deberían leer de dónde vienen estas cosas (los elementos de "Bardo") y nuestra tradición en la literatura latinoamericana de combinar tiempo y espacio en la imaginación. Esto, para mí, es la base de la cinta".
Previo a su estreno, "Bardo" era una de las películas más esperadas del año y también fuerte candidata a colocarse en nominaciones a los premios de la Academia, sobre todo el de "Mejor Película de Lengua no Inglesa". Sin embargo, medios como Variety han reportado que entre el gremio profesional, la sensación que deja "Bardo" entre votantes de esta organización ha sido de indiferencia y hastío.
La cinta tendrá un estreno en cines de México durante el mes de octubre, mientras que arribará de forma exclusiva a Netflix el 16 de diciembre de este año.
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