Una historia involvidable por parte de uno de los grandes maestros del terror
Junji Ito es un nombre que impone respeto. El mangaka, considerado por muchos como uno de los grandes autores del género del terror en el medio, traerá el 19 de enero su nuevo anime a Netflix, el cual busca la imposible tarea de plasmar su escalofriante arte gráfico al terreno de la animación.
La labor parece imposible, pues como bien se ha señalado en el pasado, el arte estático en blanco y negro de Ito utiliza un lenguaje tan propio de los mangas, novelas gráficas y cómics, que es difícil trasladarlo con los mismos efectos a las imágenes en movimiento (sin mencionar en el live-action).
Incluso cuando el proyecto no trae consigo las altas expectativas de otras adaptaciones de Ito (como el demorado anime de Uzumaki que Toonami prepara junto con el director de Mushishi y el compositor de Midsummar y Hereditary), sigue siendo una producción ambiciosa que busca posicionar el renombre del ilustre artista.
Las historias, de acuerdo con Netflix, fueron escogidas siguiendo una temática común: la locura, una de las obsesiones predilectas de Ito. Junji Ito Maniac: Relatos de lo macabro retomará algunas de las historias más célebres de Ito, como Tomie o Los niveles del terror, sin embargo, hay una historia que quizás destaque del resto por tratarse del argumento más oscuro, desolador y trágico en la bibliografía de Junji Ito: "El bully".
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¿De qué trata el episodio más aterrador de Junji Ito: Relatos de lo macabro?
"El bully" o ("El abusador" en otra de sus traducciones) es el primer capítulo del volumen 12 del libro recopilatorio Horror World of Junji Ito, así como también el capítulo siete del libro Museum of Terror vol. 3.
La historia comienza en el área de juego de un parque infantil de Japón, donde la joven Kuriko le revela a su novio, Yutaro, su repulsivo pasado, cuando de pequeña solía maltratar y abusar de un niño pequeño, llamado Nao.
Años atrás, Nao era un niño nuevo en el vecindario, cuya madre le encargó a Kuriko velar por él durante las tardes de juego en el parque. Si bien la pequeña Kuriko en un principio se relacionó de forma normal con Nao, el niño comenzó a mostrar apego excesivo y Kuriko, avergonzada frente a los demás niños del parque, comenzó a tratar cruelmente a Nao para que éste dejara de juntarse con ella.
Como muchas otras historias que abordan estas dinámicas, el abuso hacia Nao se intensifica, hasta llegar a un punto de consecuencias funetas, mismas que atormentarán a Kuriko hasta la actualidad...o eso es lo que Ito nos hace creer al principio. Resulta que la Kuriko adulta se ha topado nuevamente con Nao, también crecido, un día aleatorio en la calle.
Atormentada por su maldad infantil, Kuriko intenta sanar las heridas con Nao, quien pareciera guardar sentimientos por ella. La situación se complejiza, y los dos acaban teniendo una aventura, misma que Kuriko confiesa a Yutaro.
Luego de romper la relación con su novio, Kuriko y Nao formalizan su romance, dando luz a un pequeño niño con parecido físico a Nao.
Es aquí cuando Ito ofrece otro giro de tuerca a su ya de por sí relato siniestro. Kuriko, una mujer golpeada por el arrepentimiento y la culpa, conflictuada por las pulsaciones violentas de su faceta como abusadora y atormentada por claras tendencias psicópatas, llega a un inevitable punto de quiebre que desatará una tragedia impensable.
Ito es famoso por sus historias plagadas de criaturas horrendas y por conspiraciones pérfidas, por revelaciones impactantes y por un manejo de la tensión que se recompensa con ilustraciones que erizan la piel. Sin embargo, no hay expresión que describa el nivel de desolación que deja el final de "El bully", en donde los ciclos de la violencia, el deterioro mental y la locura terminan por afectar a los más inocentes y vulnerables.
"El bully" es el relato más inolvidable de Ito por su crudeza, su narrativa sutil e inteligentemente apegada al suspenso negro, y por ofrecer una mirada trágica y potente sobre la fragilidad humana, el abuso y la venganza que rememora a otros relatos igual de sombríos de grandes maestros del género.
Si te gustaron cintas deprimentes y descarnadas como Parasite de Bong-Jo Ho, Animales nocturnos de Tom Ford o la mayor parte de la filmografía de David Fincher, entonces este episodio de Junji Ito Manic: Relatos de lo macabro será otra pesadilla visceral que no te abandonará nunca.
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